Mi mente como el jardín más importante a cultivar
Para nadie es un secreto la importancia que tiene nuestro flujo mental en la calidad de nuestra vida. Diferentes estudios afirman que una persona puede tener una media de 60 000 pensamientos al día. La lógica indica que, si logramos que un gran porciento de esos pensamientos sea “buenos”, tendremos una grata existencia. Por lo que invertimos mucho tiempo tratando de tener “mente positiva”. La realidad es que no lo logramos con mucha frecuencia y al parecer es como si no dependiera de nosotros. Por más que nos esforzamos terminamos en carruseles de pensamientos que nos generan sufrimiento y angustia. ¿Qué hacer entonces? Lo primero es darnos cuenta de cómo funciona la estructura de la mente. Existe una característica fundamental a entender, y también un cuento que nos puede ayudar a conseguirlo.
No pienses en monos
Un maestro Zen se encontraba bajo un árbol tomando el fresco cuando llegó corriendo uno de sus discípulos y lleno de alegría le dijo:
“Maestro, maestro, ya sé cuál es el problema fundamental que no me deja alcanzar la iluminación.”
“Ah sí. ¿Cuál es?” preguntó el sabio.
“Son los pensamientos. Dígame que tengo que hacer para dejar de pensar.”
El anciano lo miró un momento y expresó:
“Me alegra que lo hayas entendido. El último paso es que, durante todo un día, te sientes en meditación y no pienses en monos. No importa qué, no debes dejar que la imagen de un mono aparezca en tu mente.”
El discípulo, seguro de sí mismo, se sentó en meditación al día siguiente con la firme intención de no pensar en monos. Sin embargo, tan pronto como comenzó la imagen de un mono surgió en su mente. Intentaba alejar esos pensamientos, pero mientras más lo hacía, más monos aparecían. Al final del día consideró que ya había demasiados monos en su vida. Lleno de ira y frustración fue a ver al maestro. Este le dijo:
“Lo que has experimentado es la naturaleza de la mente. Cuando intentas forzarla a no pensar en algo, inevitablemente terminas pensando en ello. En lugar de luchar con tus pensamientos, es mejor observarlos, aceptarlos, y dejarlos ir sin aferrarte a ellos”.